«For some time past, though at intervals only, the unaccompanied, secluded White Whale had haunted those uncivilized seas mostly frequented by the Sperm Whale fishermen.»

 

«Moby Dick»Herman Melville

  

«Desde hacía algún tiempo, aunque sólo a intervalos, aquella ballena blanca, solitaria y sin compañía, había sembrado el terror por esos mares sin civilizar.»

«Moby Dick». Herman Melville

Herman Melville

PRESENTACIÓN

“Pocos libros hay tan capaces como Moby Dick de narrar una historia trágica que resulta ser al mismo tiempo un destino personal y colectivo”. De esta manera resume el crítico y editor Constantino Bértolo la esencia del libro de Herman Melville (Nueva York, 1819- 1891) encumbrado por méritos propios a lo más alto de la literatura universal, y que, sin embargo, cuando fue publicado en 1850 no le reportó a su autor más que críticas y decepciones.

 

Mucho antes de escribirlo, cuando sólo contaba 19 años. Melville, descendiente de una familia de abolengo, se había enrolado como grumete a bordo del paquebote St. Lawrence, en un viaje de ida y vuelta de Nueva York a Liverpool. Fue ésta la primera de sus experiencias marítimas, pero no la única, ya que dos años después volvió a embarcar, esta vez en el ballenero Acushmet que lo llevó desde Massachusetts hasta el Pacífico a través del Cabo de Hornos. El joven Melville permaneció en algunas de sus islas durante algún tiempo, trabajando como arponero, hasta que pudo regresar de nuevo a Boston, en 1844, como marinero del buque de guerra United States. Tal vez fue durante aquella travesía y estancia ique escuchó hablar por primera vez de un gigante cachalote blanco, avistado por primera vez cerca de 1810 cerca de la costa de Chile y al que los marineros llamaban “Mocha Dick”, por asociarlo a la isla de Mocha, perteneciente al país andino. O quizás para entonces ya había leído el relato que en 1839 Jeremiah N. Reynolds publicó por entregas en la revista The Knickbocker y que bajo el título de Mocha Dock o la ballena blanca del Pacífico se hacía eco de la existencia de este monstruoso animal marino, de sus batallas contra los barcos balleneros (el más famoso, el hundimiento del buque Essex, en 1820) y de su atribuida invencibilidad.

 

Sea como fuere lo cierto es que, cuando poco más de una década después, el ya reconocido escritor Melville decide dedicar sus esfuerzos en una obra en la cual volcar sus experiencias directas de la vida en el mar, los conocimientos científicos alcanzados en su época y los relatos fantásticos que pueblan los océanos, elige como protagonista para la misma a la gran ballena blanca cuyo eco le persigue desde hace tiempo. Es así como forja uno de los relatos marinos más brillantes y sugestivos que se conocen: el del viejo capitán Ahab, obsesionado y enloquecido con la captura de la ballena que le ha dejado mutilado, aunque eso signifique guíar a su tripulación y a él mismo hacia la autodestrucción. Una historia llena de realismo, por su descripción minuciosa y casi enciclopédica de la pesca ballenera, pero también plena de simbolismo: desde, los nombres bíblicos de sus personales, la parábola que se establece entre el acontecimientos a borde del Pequod y El libro de Jonás y por supuesto, la propia  Moby Dick, ese leviatán fiero y castigador, encarnación de las fuerzas de la naturaleza, que cual dios omnipotente impone su voluntad sobre los hombres y los mares.

BIBLIOGRAFÍA

Melville, Herman. Moby Dick, Editorial Austral, Colección Austral Singular, 2015.
Varios. Moby Dick, la atracción del abismo, Ediciones Ilarión, 2013.
Lee, Rober A. Moby Dick o el viaje interior, en revista Correo de la UNESCO, agosto-septiembre, 2001.