El día 7 de octubre de 1849, en el Washington Hospital College, murió a los 40 años de edad el más valioso y controvertido de los escritores norteamericanos de su generación, el también poeta, crítico y periodista Edgar Allan Poe (Boston, 19 de enero de 1809). Cuatro días antes de este suceso, Poe había sido recogido en las calles de Baltimore, delirante, sin que nadie pudiese explicarse cómo había llegado hasta allí ni las razones de su lamentable estado. Según relatan algunos testigos de esos días, durante su agonía Poe repetía insistentemente un nombre: » Reynolds».
Para Julio Cortázar, no fue un hecho casual: J. N. Reynolds era el nombre del explorador polar, conocido y admirado por él, que en 1836 había presentado al Comité de Asuntos Navales de Estados Unidos un proyecto de expedición al Antártico y quien, presumiblemente, inspiró los pasajes dedicados al Polo de su primera, única y misteriosa novela » La narración de Arthur Gordon Pym«. Otras fuentes señaladas abarcan desde antiguas leyendas marineras como la del holandés errante, hasta las lecturas de Daniel Defoe o de T. S. Coleridge.
Publicada en 1838, primero por entregas y luego en forma de de libro, narra las peripecias en primera persona de su protagonista, Arthur Gordon Pym, a bordo del ballenero Grampus primero y de la goleta Jane Guy , rumbo a la Antártida, después. Motines a bordo, asesinatos, apariciones, canibalismo, emboscadas a manos de salvajes y un inesperado y enigmático final se dan cita en los episodios de esta novela que es, tanto de un relato de aventuras marineras tan del gusto popular de la época, como una profunda exploración en la mente y el alma humanas que, tratándose de Poe, no podía tener otro resultado que el horror de la atmósfera y el abismo psicológico de sus personajes.